- Opinión- EL CAMINO DE LA RECONSTRUCCIÓN: RECUPERAR LA CONFIANZA EN LAS INSTITUCIONES


     La reciente aprobación del Fondo Nacional de la Defensa (FONDEF) viene a saldar por primera vez desde el regreso de la democracia, una de las tantas deudas del estado nacional en materia de política de defensa, puntualmente, con la asignación de fondos específicos y de aumentos progresivos anuales para la recuperación, reequipamiento y modernización de las Fuerzas Armadas. 

     Para ello, año a año se destinará un porcentaje de los ingresos corrientes del presupuesto anual en forma directa al Ministerio de Defensa, con la obligación de ejecutarse en ese período -solamente un 10% puede pasar a la próxima ejecución-, en erogaciones destinadas exclusivamente a inversión de reequipamiento, con la imposibilidad de ser asignado para sueldos de personal.

      Según los cálculos oficiales, para el año 2021, se otorgarán treinta mil millones de pesos ($30.000.000.000) para estos fines, lo que implicaría triplicar los actuales niveles de inversión en gastos de esta índole.

     Asimismo, el reconocimiento de haberes acorde a derecho anunciado por el propio presidente Alberto Fernández en presencia de los altos mandos de las tres fuerzas, configuran dos hechos que no pueden pasarse por alto y analizarse en forma aislada. 

     Según la última medición de la consultora Management & Fit, las Fuerzas Armadas poseen un 66,3% de confianza en la sociedad. Únicamente las escuelas y las universidades son las instituciones que las superan en materia de aprobación social. El cumplimiento de una tarea subsidiaria de apoyo a la comunidad en el marco de la pandemia y no de su misión principal de contribuir a la defensa nacional y a los intereses vitales de la Nación, -que es su razón de ser-, parecen haber bastado para que la ciudadanía en general vuelva a creer en ellos. 

     La gestión exitosa de la operación “Manuel Belgrano”, todavía en curso, atendiendo todo tipo de necesidades del pueblo argentino, acercó el uniforme a la gente y recuperó, para aquellos que la habían perdido, la confianza y el aprecio por estas instituciones.

Estos logros no son exclusivos de un gobierno o de un espacio político. En el caso del FONDEF, su aprobación unánime demuestra que las grandes diferencias que mantienen oficialismo y oposición en casi todos los temas que requieren consenso, no alcanzaron para que haya “grietas” en la decisión política de reconsiderar y fortalecer a las fuerzas armadas. 

     En definitiva, estos avances son la consecuencia de un trabajo de años, abnegado y muchas veces silencioso de los hombres y mujeres que integran el Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada con una decidida vocación de servir al bien común de la patria, y que ahora en un contexto de emergencia, parecería encontrar de una vez por todas su retribución en el respaldo de la gente. 

     Para los que sostenemos que todavía se puede restaurar la creencia en instituciones sólidas que hagan a un país mejor, creemos que el primer camino que hay que transitar es el de recuperar la confianza en ellas. Y parece ser que este el modo de hacerlo. 

 


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