Si tan solo por el instante, místico y Abandonado
inclinaras el peso del ánima desvelada,
miraras las entrañas de tus incrédulas invidencias,
permitieras darle lumbre a las tinieblas de la
vacilación,
la sinrazón de tu brío vetusto
ignoraría,
fértil y jubiloso otra vez,
indecibles laberintos pretendientes de designios
arcanos,
cubiertos de sombras impacientes,
arteros de idílicas ilusiones
rígidos, inconducentes, efímeros.
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